
La palabra "muerte" en occidente no produce el mismo efecto que en oriente. De este lado del hemisferio el hombre hace lo posible para evitar hablar del tema e incluso, a quien se encuentra en los últimos estadios de la vida, se le inyectan drogas cuyo único fin es retardar lo inevitable. Es tanta la aversión a la muerte que, cuando llega el momento, los seres queridos lloran desesperadamente a quien partió...