Existe mucha literatura esotérica acerca de los viajes astrales y, más allá de ciertas diferencias en algunos detalles, todos coinciden en que se basa de un desprendimiento o desdoblamiento del cuerpo físico con el fin de ingresar en un plano suprafísico. Dicho plano se rige por otras dimensiones y otra física, donde las acciones que parecen imposibles de realizarse en el plano material se vuelven reales y posibles. De este modo, observar, desde la altura, al propio cuerpo durmiendo en la cama o moviéndose libremente por el espacio-tiempo es algo habitual
Los sueños son efectivamente viajes astrales, pero en la mayoría de los casos los mismos se desarrollan de manera involuntaria. En cambio, cuando somos concientes que estamos dentro del sueño y hasta podemos tener pensamientos propios entonces estamos frente a los sueños lúcidos. Un paso más avanzado sería el de realizar a plena conciencia un viaje astral sin quedarnos dormidos.
Hay muchas técnicas que ayudan al principiante a mantener la concentración a lo largo del desdoblamiento. Como por ejemplo la memorización del lugar donde se duerme. Antes de dormir es importante recorrer la habitación, cada rincón, cada mueble, observarlo como si el mismo pensamiento tuviera entidad propia. Eso conseguirá ejercitar la concentración. Luego podría servir de ayuda imaginar un lugar al que les gustaría visitar o alguno donde ya se estuvo. Una vez más, recorrerlo lentamente y pensar, mientras tanto, que al dormirse tendrá la posibilidad de estar allí, en el plan astral. Repetir, las veces que sea necesario, que estará conciente cuando ello ocurra.
Muchas personas creen que existe cierto grado de peligrosidad a la hora de realizar dichos viajes, no obstante cabe aclarar que tales creencias son falaces. Ninguna entidad maligna podrá ingresar en nuestro cuerpo ni cortar el cordón de plata. Dicho sea de paso, también es falaz que estemos unidos por dicho cordón. El límite que une un mundo con el otro no es visible, sino meramente espiritual y está al alcance de todos.
Hay muchas técnicas que ayudan al principiante a mantener la concentración a lo largo del desdoblamiento. Como por ejemplo la memorización del lugar donde se duerme. Antes de dormir es importante recorrer la habitación, cada rincón, cada mueble, observarlo como si el mismo pensamiento tuviera entidad propia. Eso conseguirá ejercitar la concentración. Luego podría servir de ayuda imaginar un lugar al que les gustaría visitar o alguno donde ya se estuvo. Una vez más, recorrerlo lentamente y pensar, mientras tanto, que al dormirse tendrá la posibilidad de estar allí, en el plan astral. Repetir, las veces que sea necesario, que estará conciente cuando ello ocurra.
Muchas personas creen que existe cierto grado de peligrosidad a la hora de realizar dichos viajes, no obstante cabe aclarar que tales creencias son falaces. Ninguna entidad maligna podrá ingresar en nuestro cuerpo ni cortar el cordón de plata. Dicho sea de paso, también es falaz que estemos unidos por dicho cordón. El límite que une un mundo con el otro no es visible, sino meramente espiritual y está al alcance de todos.
Cualquiera puede realizar viajes astrales sin embargo muy pocos consiguen llevarlo a la práctica. Esto se debe a la dificultad de alcanzar un estado de concentración que permita desarrollar tal capacidad. Por eso se recomienda llevar a cabo ejercicios de yoga, meditación o cualquier actividad de práctica espiritual.
En los viajes astrales pueden ocurrir cosas maravillosas, como entrar en contacto con maestros espirituales, personas ya desencarnadas y, lo más importante aún, entrar en verdadero contacto consigo mismo.